sábado, 10 de mayo de 2014

Cataratas del Iguazú: la Garganta del Diablo

Acercándose por la pasarela, así se ve el borde de la fractura
Garganta del Diablo, todavía se puede ver
El vapor, la caída de aguas, el paisaje, el arco iris...
El arco iris...
La parte blanca debajo de la pasarela es el vapor del agua, ya a esa altura no te deja ver qué hay hacia abajo
La furia de la caída del río


Hice en el mismo día todo el parque principal: los circuitos y la Garganta del Diablo. Para llegar a las pasarelas, un piecito adelante del otro. El camino a esa hora (cuatro de la tarde) en pleno verano se hace eterno pero no es nada. Es solo una impresión.
¡Y cómo se sienten las cataratas desde acá! El punto mayor del recorrido, caminar sobre el ancho del Iguazú, acercarse de a poco a esa columna de agua que te dice que algo grande está pasando ahí, escuchar cada vez más fuerte el canto del río, creo que es una experiencia impagable. Amaría poder hacerlo nuevamente con menos personas caminando alrededor. Así y todo, la potente unión que hay entre la tierra, el aire y el agua no pasa desapercibida a ningún sentido. 
¿Y para salir del paseo? ¡Trencito!


domingo, 4 de mayo de 2014

Cataratas del Iguazú: mi doble orgullo (1.º parte)

El símbolo del parque

Panorámica por los circuitos inferiores

Isla San Martín

Isla San Martín y todo Cataratas detrás
Por encima de mi cabeza
Desde los circuitos superiores (Salto Bossetti) la vista sobre las pasarelas

¡Perdete ahí abajo!
¡Y acá también!


Lancha por el río rumbo a los saltos

Desde los circuitos inferiores

Desde los circuitos inferiores, ¡otra vez porque me encanta!

Salto Dos Hermanas

Salto Bossetti

En el año 2010 hice mi tercera visita a Cataratas. Aunque esta vez dos días para recorrer todos los circuitos, inferiores, superiores, sendero Macuco, Garganta del Diablo. 
Y surge magia, magia desde la selva verde imposible, desde el vapor que sube y se pierde en el cielo azul, hay magia en cada arco iris que se forma en las cascadas, magia en el agua, en el aire, en la tierra roja...
Ese viaje incluyó un hermoso recorrido por otros lugares misioneros, con destino unos días en Santa Ana, el pueblo donde vivió mi mamá cuando nena y donde todavía tengo muchos primos y sus hijos viviendo ahí. Tengo también una tía que se conserva cada día más hermosa, Epifania. Pero ya vendrán fotos de esa parte del camino en otro momento.
Pasé también unos momentos algo insólitos y tremendos en Ciudad del Este en Paraguay, el único lugar del planeta al que le tengo miedo, tal vez vuelva en julio cuando haga con Cesar un viajecito a Cataratas nuevamente, tal vez si el tiempo no alcanza no crucemos...
Volviendo a la magia, Cataratas es uno de los paisajes más bellos que existen, muchos lugares hay que son increíbles y hermosos pero pocos pueden igualarse a Iguazú. Aunque compartimos el espectáculo con Brasil, Argentina tiene alrededor del 80% de los saltos de su lado, y la vista más imponente según dicen los que se cruzan para verlos desde Foz.
Así, que: doble orgullo, por tierra argentina, por tierra misionera. Por el color de su tierra, por su verdor, por su hermosura. Misiones, te llevo en el corazón.



El río Iguazú tiene un recorrido total de 1320 kilómetros hasta su desembocadura en el Paraná, 23 kilómetros después de las cataratas. Enmarcado por costas bajas, tiene en la mayor parte de su recorrido un ancho variable que va desde los 500 hasta los 1000 metros. Dentro del Parque Nacional, se ensanchaunos 1500 metros y tuerce hacia el sur para luego retomar hacia el norte formando una amplia "U" que contiene en su desembocadura el abrupto desnivel en el terreno que da lugar a las cataratas, imponentes caídas de agua.
En su gran curva, una proliferación de escollos, islotes y alargadas islas fragmentan el río en numerosos brazos. Al llegar al barrando cada uno de ellos da lugar a un salto cuyo conjunto constituye el gran abanico que son las Cataratas del Iguazú.

http://www.iguazuargentina.com/maravilla-natural/patrimonio-natural