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Panorámica sobre el Valle Pintado |
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Y el Valle Pintado más cerquita |
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La Esfinge |
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El Cerro Morado custodiando el valle.. ¿tiene de verdad la forma de un indio acostado? |
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La Cancha de bochas |
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El Submarino |
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Visita a la luna... ¡a pleno sol! |
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El Hongo y las Barrancas Coloradas de telón |
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Perfil incólume |
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Paisaje lunar a través de la ventanilla |
Dice una foto que saqué dentro del Centro de interpretación:
Se suma a la escasez de agua y alta insolación la importante amplitud térmica diaria y estacional. Durante el verano la temperatura fluctúa desde los 60ºC en el día llegando a 15ºC por la noche.
Existe una amplísima amplitud anual, pudiendo nevar durante el invierno y alcanzar por las noches temperaturas de -10ºC.
Y es verdad, me tocó sentir en carne propia el calor de la tierra sanjuanina: el guía informó que estaba haciendo algo así como 54ºC mientras deambulábamos bajo el sol... hasta la cámara de fotos sentía el golpe caliente de la arena pero todo eso fue nada comparado con el asombro de conocer uno de los lugares más hermosos de la Argentina y que tan poco se promociona: el Parque Provincial Ischigualasto, lugar de paleontología por excelencia, se distingue a través de la diferentes capas y colores de la tierra qué tan viejo es este mundo. Tan viejo que quizás haya festejado algo así como unos 200 millones de años...
Las geoformas dominan el paisaje, adoptando formas caprichosas imposibles de tallar: El hongo, el submarino, la cancha de bochas, esas pelotitas formadas por el correr del viento que arrastra la arenisca y la moldea en forma esferoidal.
Arde el sol que lastima los ojos y se funde sobre las cabezas de todos los que nos atrevemos a desafiar su calor pero al paso de las horas, cuando ya va llegando la tarde, sus rayos incandescentes se suavizan iluminando la gloria colorada de los cerros que bordean el parque: las Barrancas Coloradas forman un telón rojo que cierra una tarde perfecta cuando tuve la suerte de visitar tan magnífico lugar. El Valle de la Luna, paraje desértico, la postal sanjuanina por excelencia, el antiguo paso de chasquis y carretas y gauchos que desafiaban al clima cruzando por sus arenas esperanzados de vencer a la muerte con cada metro recorrido bajo ese sol impiadoso.
Bello paisaje. Para soñar con un viaje a la luna a plena luz del día.